Un
tronco de árbol con libros en su interior, han surgido en las calles de
Prenzlauer Berg en Berlín. El programa, llamado Forest Books de la asociación
BauFachFrau, forma parte del club de intercambio de lectura BookCrossing, que
lleva libros gratis a los espacios públicos de todo el mundo. Los residentes
del vecindario son bienvenidos a dejar el libro que quieran en el tronco, o
tomar uno de los cobertizos cubiertos con plástico.
Esta
biblioteca urbana natural o quiosco de intercambio de libros, se encuentra en
medio de un bloque alineado de árboles en Prenzlauer Berg, en frente de un café
pintoresco. Durante todo el día, los vecinos del barrio, entre jóvenes y
ancianos, lo usan, trayendo sus viejos libros y cambiándolos por unos “nuevos”.
El
quiosco en sí, está hecho de árboles caídos cortados a distintas alturas y
agrupados entre sí para simular un conjunto de árboles en el bosque, (incluso
todavía presentan la textura áspera de la corteza). Tres o cuatro estantes
rectangulares se tallan en cada tronco. Cada uno está protegido de unas aletas
de plástico grueso que cuelgan sobre las aberturas.
Esta
biblioteca urbana natural o quiosco de intercambio de libros, se encuentra en
medio de un bloque alineado de árboles en Prenzlauer Berg, en frente de un café
pintoresco. Durante todo el día, los vecinos del barrio, entre jóvenes y
ancianos, lo usan, trayendo sus viejos libros y cambiándolos por unos “nuevos”.
El
quiosco en sí, está hecho de árboles caídos cortados a distintas alturas y
agrupados entre sí para simular un conjunto de árboles en el bosque, (incluso
todavía presentan la textura áspera de la corteza). Tres o cuatro estantes
rectangulares se tallan en cada tronco. Cada uno está protegido de unas aletas
de plástico grueso que cuelgan sobre las aberturas.
Esta
biblioteca urbana natural o quiosco de intercambio de libros, se encuentra en
medio de un bloque alineado de árboles en Prenzlauer Berg, en frente de un café
pintoresco. Durante todo el día, los vecinos del barrio, entre jóvenes y
ancianos, lo usan, trayendo sus viejos libros y cambiándolos por unos “nuevos”.
El
quiosco en sí, está hecho de árboles caídos cortados a distintas alturas y
agrupados entre sí para simular un conjunto de árboles en el bosque, (incluso
todavía presentan la textura áspera de la corteza). Tres o cuatro estantes
rectangulares se tallan en cada tronco. Cada uno está protegido de unas aletas
de plástico grueso que cuelgan sobre las aberturas.
El
quiosco en sí, está hecho de árboles caídos cortados a distintas alturas y
agrupados entre sí para simular un conjunto de árboles en el bosque, (incluso
todavía presentan la textura áspera de la corteza). Tres o cuatro estantes
rectangulares se tallan en cada tronco. Cada uno está protegido de unas aletas
de plástico grueso que cuelgan sobre las aberturas.
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