Un edificio no tiene por qué ser una cosa seca y muerta. El
artista italiano Giuliano Mauri ha creado una épica catedral de árboles que es
el perfecto ejemplo de arquitectura que ni compite ni complementa a la
naturaleza, sino que es literalmente parte de ella. Este artista ya fallecido
plantó dos arboledas bien organizadas que están destinadas a crecer formando
dos magníficas basílicas.
El armazón de columnas que aparece en estas fotos acabará
por pudrirse y desaparecer, siendo
reemplazados por los troncos de los árboles carpe que están en el centro
de cada estructura. Según crezcan, sus follajes se entrecruzarán para formar el
techo abovedado de una catedral gótica.
Mauri falleció en 2009, pero preparó el terreno y plantó los
árboles para esta visionaria catedral allá por 2002, en Valsugana, Italia. Se
encuentra al pie del Monte Arera al norte de la región de Lombardía y su
estructura se completó en 2010.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario